lunes, 20 de febrero de 2012

Serenidad

Suelo decir a mis alumnos que hay que cantar "con un ojo para dentro y otro para fuera". Cuando cantamos debemos mantener siempre una parte de nuestra atención en lo que estamos haciendo, a la vez que otra parte observa el resultado y disfruta de él. Cuando una de las dos partes toma demasiado control el canto se desequilibra: o bien nos "regodeamos" perdiendo la objetividad de lo que hacemos, o bien nos convertimos en semi-robots que lo hacen muy "correctamente" pero sin emoción. Ambas cosas son imprescindibles, sin que ninguna absorva a la otra.
Esto me lleva a una palabra clave en el Canto: SERENIDAD. Cuando cantamos, se mueven infinidad de sentimientos, energías y emociones dentro de nosotros, y no debemos permitir que modifiquen actitudes técnicas de la voz, tales como la respiración, que suele ser la primera afectada. Eso no significa ni de lejos que tengamos que ser frios y calculadores, sino que reservamos una parte de nosotros voluntariamente para atender a las necesidades de nuestra voz. Viene a ser algo parecido a cuando invitamos a nuestros amigos a una cena, y mientras cocinamos nos invade el olor de las delicias que preparamos y nos entran ganas de comerlas...pero nos controlamos y esperamos. Pues esto es igual... pero a la vez: es como si mientras una parte de nosotros se las comiera, otra estuviera cocinándolas a la vez :)

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